¿Desde cuándo le pusieron limites al saber?

Día con día demandamos saber, no de la misma forma ni la misma información. Sin embargo demandamos....

La mayoría de las veces que lo hacemos, es para contestar esa pregunta incomoda... "¿quién soy?" y porque no apoyarnos de diversos enfoques psicologicos, para lograr definirnos y así lograr ser fiel no a los demás, sino a nuestras propias metas y a nuestro deseo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Viktor Frankl




"La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste".







Frankl desarrolló una antropología propia cuya declaración principal era, que la persona se caracteriza por una dimensión existencial (es decir, específicamente humana) que la diferencia del resto de seres vivos. Frankl la llamó dimensión noética (del griego nóus: espíritu, inteligencia). A partir de esto sus investigaciones se centraron en cómo fertilizar esta dimensión noética para aliviar y superar los trastornos mentales.

Fue así como formuló su terapia, denomina logoterapia, está es una corriente psicológica que puede encuadrarse entre las denominadas “escuelas existenciales.” Basándose en su concepción antropológica, la cual considera al ser humano como un ser “bio-psico-socio-espiritual”, haciendo hincapié en la búsqueda de sentido de la vida y en la temática de los valores. La palabra logototerapia, deviene de la palabra griega logos, que significa estudio, palabra, espíritu, Dios o significado, sentido, siendo ésta última la acepción que Frankl tomó.  A pesar de que exista determinismo dentro de la dimensión psicológica, hay libertad dentro de la dimensión noética, la cual se definiría como la dimensión de los fenómenos específicamente humanos.




Frankl mencionaba que la libertad humana es libertad finita, esto no quiere decir que el ser humano no este libre de condiciones, sino que sólo es libre de adoptar una actitud frente a ellas. Por ello la persona es un ser orientado a un sentido y con una voluntad de sentido indeleble que le es inherente. Esta voluntad irrumpe en la pubertad, mediante el despertar de la fuerza espiritual humana, como una búsqueda de sentido e identidad. La voluntad de sentido induce a la persona a dedicarse desde el compromiso, a tareas importantes, a crear obras por las que siente inclinación, a ocuparse en áreas de su interés. Por ella esta voluntad se encuentra en lo más “hondo” de la persona, ya que estimula a ser útil y hacerle bien aún a pesar de la vejez. Para que esto sea posible es necesario contar con un sentido de vida, el cual surge de las respuestas que el hombre da a la vida, a las situaciones y a las tareas con que se enfrenta en la vida, por ello cada individuo cuenta con distinto sentido de vida.